jueves, 15 de abril de 2010

Mi despertador sonó muy temprano, por la mañana, sabía que no podría dormir más aunque quisiera.
Me levanté y desayuné lo más lento posible. No me quería ir, pero tenía que dejar todo lo que me recordaba a él; tenía que olvidarlo.
Sonó el teléfono y, otra vez, era Alice para convencerme de que no me fuera, para suplicarme que me quedara, para tratar de explicarme la verdad. Pero yo le creí tanto cómo la última vez que me lo había explicado. Sabía qué era lo que habían visto mis ojos, y estaba segura de que era real.
Deshice y rehice mis maletas por cuarta vez, retrasando el momento. Tenía la extraña e irreal esperanza de que él me llamara. Pero tendría que aceptar que él me había logrado sacar de su corazón, no quería aceptarlo. Una parte de mi nunca lo haría; una parte de mi siempre lo amaría.
Tomé mis maletas y me detuve en el umbral de la puerta, contemplando por última vez mi vacío apartamento. Habían sacado todos mis muebles y los habían llevado a mi nuevo apartamento en el centro de Los Ángeles. Iba a tener que acostumbrarme al ruido, pero lo soportaría. Haría cualquier cosa para poder olvidarlo y que el vacío doloroso de su falta se llenara.
Cerré la puerta y pulsé el botón del elevador, tan sólo esperé unos segundos para escuchar que las puertas se abrían. Subí mis maletas y esperé a que llegara a la planta baja.
Sentí crecer la extraña esperanza de que él me estaría esperando en la puerta del edificio con una rosa roja y su volvo plateado. Sería un lunes como cualquier otro.
Las puertas del ascensor se volvieron a abrir y me dirigí a la puerta, esperando que él estuviera allí. Pero la única persona que me esperaba era el taxista que me llevaría a la estación de trenes.
Bajé mi cabeza y una lágrima solitaria corrió por mi mejilla hasta caer en el asfalto.
_ Señorita ¿se encuentra bien?_ me preguntó la voz del taxista. Yo sólo asentí y le ayudé a cargar las maletas en el baúl.
Me subí al auto y sentí el suave ronroneo del motor, no era un rugido como el de mi vieja camioneta, sino un dulce ronroneo cómo el del preciado volvo plateado de él.
Miré por la ventana el verde paisaje, siempre decía que tanto verde me enfermaba, pero cuando uno sabe que nunca volverá a ver algo lo mira con diferentes ojos. Extrañaría el paisaje verde de Forks, extrañaría todo lo que me recordara a Edward.
El taxista tomó la carretera hacia la estación de trenes y esa fe tan extraña y presente volvió a aumentar mis ansias de llegar y encontrarlo a él, mirándome en medio de la multitud, mirándome con sus obres del color de la esmeralda.
Divisé la gran estación a unos pocos kilómetros y, prácticamente, saltaba del asiento para correr hacia sus brazos y no volver a pensar irme del pueblo sin él.
El taxi se detuvo y rápidamente bajé mis maletas y le pagué al conductor.
Troté, esquivando a las personas que se metían en mi camino. Increíblemente no me tropecé, incluso llevaba conmigo una gran maleta. Supongo que mi cuerpo estaba tan emocionado como mi mente de volver a verlo
Pero ambos se desilusionaron al ver que ningún chico de ojos verdes y cabello cobrizo nos esperaba.
Me senté en un banco y dejé que las lágrimas rodaran por mi rostro.
“Quizás se le hizo tarde”, me repetía a mi misma, aunque supiera que él nunca vendría a buscarme para pedirme que volviera.
El sonido del tren me despertó de mis ensoñaciones y mecánicamente tomé mis maletas y le entregué mi boleto al hombre de la puerta para que me dejara pasar. Él lo cortó y me entregó una mitad.
Lo leí: “Vagón 1, E6”, llegué hasta mi lugar y me senté junto a un hombre con un abrigo y un sombrero gris. Le miré extrañada por unos segundos. Está bien que estábamos en Forks, pero ese día era increíblemente caluroso. Nadie podría soportar una abrigo de esos.
_ ¿sucede algo señorita?_ su voz me impactó, tenía el mismo matiz aterciopelado de la voz de Edward.
_ No, lo siento.
El hombre me miró y podría jurar que vi un destello verde esmeralda.
_ Luce triste ¿Problemas con un chico?_ esbozó una sonrisa, como si supiera algo más_ Bella…
Mi sorpresa fue enorme cuando mi nombre salió de sus labios. Lo miré atónita y él sonrió torcidamente mientras se quitaba el sombrero.
_ ¿Creías que te dejaría marchar así de fácil?_ susurró cerca de mí.
_ Edward_ su nombre se escapó de mis labios y una lágrima de alegría rodó por mi mejilla. Él la detuvo con su pulgar para luego besarme cómo un hombre enamorado besa a la mujer de sus sueños, y yo le correspondí cómo una mujer besa otra vez a su amado perdido de toda la vida.
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NOOOOO, no soy ningún espejismo, ni nada así de raro (bueno, no mucho).
Me alegra volver :3, creo que extrañaba esto.
Mucho palabrerio, voy a la historia:
Es un fanfic de crepúsculo que escribí hace un tiempo, y esta creación se la debo al genio de Luke Pritchard (cantante de The kooks). La canción se llama "trick of time" y me encanta :D.
Espero que les guste!!!
Bessituuss

martes, 9 de febrero de 2010

Señales de vida extraterrestres!!! O no...

HOLA GENTE!!!!!!
Eeeehhhh...
Bueno, no sé qué decirles, lo siento mucho!!!!
Creo que la razón por la que dejé de publicar fue que qeuría olvidarme un poco de la personita triste que era cuando cree este espacio, ya que ahora soy alguien muuuy diferente.
Pero no se preocupen, voy a volver, con muchos cambio, pero voy a volver.
Ah, y gracias MaGe, sino me habría olvidado de que esto existía.
En fin...
Bessitossss :3

miércoles, 19 de agosto de 2009

Cuando los sueños se vuelven realidad 8

_ Ahora que ya todos se conocen, creo que habría que decirles._ dijo Ian serio.
Sus palabras me pusieron nerviosa ¿es que había sucedido algo?
_ ¿qué pasó?_ preguntó Stefan con algo de desesperación.
Ian miro para otro lugar, esquivando sus ojos.
_ Mientras estabas esperando a que Christine despertara, fuimos atacado_ su voz daba la sensación de estar atrapado en la oscuridad.
_ Vladimir…_ dijo con el mismo tono de Ian, quien asintió con la cabeza.
Todo era mi culpa; tal vez si le hubiera hecho caso a mi papá no habría estado en peligro la vida de personas que acababa da conocer, pero que sentía como si fueran amigos de toda la vida. Y todo por un poder que no sabía que tenía, ni qué es la que podía hacer.
_ Hay que prepararla_ le susurró Allison a Stefan, quien se limitó a asentir con la cabeza y mirarme fijamente.
_ Ven_ Madison me tendió una mano_ te lo explicaré todo, pero antes debes cambiarte y bañarte.
Miré mi vestido mojado y manchado con lodo. Ella tenía razón, tal vez un largo baño con agua caliente me haría sentir mejor.
_ muy bien_ tomé su mano y la seguí por los largos e interminables pasillos de ese extraño lugar.
Por fin llegamos a una habitación con paredes celestes y muy iluminada; el sol daba directamente sobre la ventana, creando una sensación de calidez.
_ A ver que tengo_ dijo mientras abría un gran armario de roble_ no, muy rosa, muy chico, muy grande, muy apretado_ cada prende que sacaba la miraba con ojo crítico y luego me miraba a mi, decidiendo que no era la adecuada, por algún motivo. Hasta que encontró un vestido azul clásico, pero precioso.
_ Este te quedará hermoso_ me sonrió_ ahora ve a bañarte.
_ Es por la otra puerta_ dijo cundo, sin querer, entré a una gran habitación pintada de bordó y con una elegante cama en el centro.
Asentí, mientras me dirigía a la puerta correcta y entraba.
Los azulejos color crema y celestes le daban al baño un toque tropical, que me hizo recordar a las blancas playas a las que nunca fui.
Sentir el agua caliente chocar contra mi piel me tranquilizó, y pude relajarme sin esfuerzo, olvidando todos los problemas; sintiendo el momento. Por más que me quisiera quedar tuve que salir y, rápidamente, me vestí.
La suave tela se deslizaba con facilidad. Al verme al espejo me di cuenta que Madison tenía razón; mi dorado cabello contrastaba con el color del vestido, y mis verdes ojos relucían como las estrellas, pero un poco de la oscuridad de la noche los empañaba.


Al fin volví. Lamento haber tardado tanto en actualizar la historia, es que estuve muy seca con la inspiración en estos tiempo, y la escuela me está quitando mucho tiempo.
Espero que les guste!!!

viernes, 31 de julio de 2009

Cuando se fue me perdí en mis sentimientos. La oscuridad se apoderó de mi alma y un vacío nació en mi pecho. Todo lo que me rodeaba, y alguna vez me hizo feliz, perdió sentido. La existencia se volvió algo frío y cruel.

Creí que podría soportarlo, pero todo me recordaba a él. Todas las cosas, los lugares; todo guardaba su esencia, incluso mis escritos... Y eso fue la gota que colmó el vaso.

Sostuve el arma al nivel de mi cabeza, con un dedo a punto de presionar el gatillo. Un poco de presión y todo mi sufrimiento se acabaría. Me extrañarían, pero ese sentimiento pronto sería sofocado. Lo tenía todo planeado. Todo excepto lo que sucedió…

La puerta se abrió de repente. Y ahí estaba él; riendo con mi padre.

_Anne ¿que…?_ comenzó a decir, pero se detuvo en cuanto vio el arma._ no, no por favor. No lo hagas.

Solté el arma y eché a correr. Todo deseo de acabar con mí vida se había esfumado, y la ira reemplazó mi tristeza. Mí padre… ¿cómo podía mi padre estar con la persona que había destruido los pilares de mi vida? ¿Cómo…?

No estaba segura, lo único que sabía era que debía correr; correr como si la vida se me fuera en ello. Sólo así lo olvidaría. Solo así podría volver a respirar sin presiones ni dolor.

No me di cuenta de que era de noche hasta que el frío me atacó, ni de que llovía hasta que sus dulces gotas cayeron por mis mejillas confundiéndose con mis lágrimas. No me di cuenta de que había alguien a mi lado hasta que me habló.

_ Anne_ me susurró dulcemente, mientras nos sentábamos en un banco de la plaza.

Levanté la mirada y me encontré con unos ojos café que me miraban de una manera extraña; como si sintiera mi dolor pero al mismo tiempo lo expulsara de él.

_ Mí querida Anne.

Las lágrimas volvieron a correr por mis mejillas. Así era como me llamaba Gabriel; la única persona a la que una vez amé, y por la única que lloré.

_ Mí dulce Anne. ¿Te sientes perdida? ¿Cómo si Dios te hubiera traído al mundo sólo para sufrir por amor? ¿Sientes que la vida ya no vale la pena, y la muerte es la única forma de despertar de esta pesadilla? Dime Anne ¿te sientes así?

Asentí, sin preocuparme por lo mucho que sabía sobre mí el desconocido.

_ pues entonces acompáñame.

_ ¿Qué?_ pregunté confundida.

_ Si vienes con migo, irás a un lugar en donde los sentimientos no existen; no sentirás dolor ni tristeza, pero tampoco la felicidad, ni la alegría. No llorarás más, pero tampoco reirás.

Estar vacía. Antes me morir, mi madre me había dicho que estar deprimido es malo; es querer llorar y sentir que mueres. Pero que no hay nada peor que el estar vacía. Cuando estás triste al menos sientes, si estás vacía no; es no ser nada ni apreciar nada. Ya no sabes si estás bien, o mal. Es tener cuerpo pero no alma.

Eso era lo que ella creía, pero ella nunca se había enamorado, ella nunca había sido engañada, ella nunca había sido traicionada.

_ bien_ murmuré con una voz que no era mía_ iré con tigo.

Y esas fueron mis últimas palabras, antes de ahogarme en la más profunda oscuridad. Me encontré cayendo en un vacío, sin preocuparme la caída.

Ya no sentía dolor, pero tampoco alivio; me había convertido en un ser sin vida.

_ ¿qué me has hecho?_ pregunté al aire.

_ Nada, tú decidiste acompañarme_ contestó una voz.

_no te entiendo.

Tan pronto como pronuncié esas palabras el paisaje cambió y me encontré en un parque al la luz del día.

_ Cuando un humano acepta, lo traigo aquí_ hizo un gesto abarcando toda la plaza_ para explicarle…

_ Un momento_ le detuve_ ¿humano? ¿A qué te refieres? ¿Tú no eres humano?

_No_ suspiró_ ahora si me dejaras terminar…

_ Lo siento.

_ No soy un humano, eso es cierto. Soy… algo más_ se detuvo y me miró por un segundo que se me hizo eterno.

_ Mi nombre es Marco, y nací el 15 de mayo de 1892. Tenía 20 años cuando me convirtieron, y tendré 20 años por toda la eternidad.

_ ¿Qué eres?_ pregunté, hundiéndome en un mar color café.

_ Soy… un vampiro_ suspiró por fin.

Solté una carcajada tan fuerte, que pareció sorprenderle. Pero rápidamente volvió a su semblante frío.

_ No me crees_ susurró.

Negué con la cabeza.

_ Bien_ se acercó lentamente a mí.

_ ¿Q- que haces?_ tartamudeé. Podía sentir su aliento en mi cuello cuando volvió a hablar.

_ te demostraré que si soy real_ y me mordió.

Solté un grito, que rápidamente se apagó, cuando sentí sus dientes perforar mi piel.

Un impulso de adrenalina recorrió todo mi cuerpo, como una descarga eléctrica.

Las horas se convirtieron en días, los días en semanas y aquellas en meses. Hasta que un día, mientras recordaba mi transformación, él murió. Ese ser que me había transformado, abriéndome una nueva puerta en, lo que yo creía, un callejón sin salida, se marchó.

Marco una vez me dijo que cuando su sucesora estuviera lista él se marcharía, pues su trabajo ya estaba hecho. Pero nunca me dijo que yo sería su estudiante, ni lo cerca que estaba ese día.

Lo único que me quedaba era seguir con el legado.

Me senté sobre la arena, esperándolo. Sabía que vendría. Sabía que sería me estudiante. Y sabía como terminaría.

Un chico de cabello dorado, y ojos verdes pasó junto a mi. Yo me levanté y lo seguí.

_ hola_ le dije con una cálido sonrisa cunado me encontré a su lado.

_ hola_ me saludó sorprendido.

_ ven conmigo_ le tendí una mano que él aceptó con seguridad.

Una pequeña descarga se originó con nuestro tacto, recorriendo mi cuerpo. Yo no fui la única que la sintió, porque vi su rostro, y una sonrisa se formaba en él.

Tal vez esta vez sería diferente… tal vez le daríamos una segunda oportunidad al amor.



Aquí volví, pero esta vez con una historia corta y que se termina aquí. Como hoy no estaba muy inspirada para "cuando los sueños se vuelven realidad" y quería publicar algo les dejo este cuento que espero les guste.

jueves, 23 de julio de 2009

Lamento haberme ausentado de una manera bastante extraña. Por suerte no desaparecí, pero tuve que ir a una ciudad que no tenía internet, así que estuve perdida bastante tiempo.
Pero ahora que regresé, no hay mayor alegría que encontrarme con estos fantástios premios que me ha otorgado MaGe.


Gracias. Tú también siempre estás pendiente de mi historia, dándome ánimos.

Te lo ogradezco muchísimo.











"Los blogs que han recibido el Award Seamos amigos son excesivamente encantadores. Este tipo de blogeros pretenden encontrar y hacer amigos. No están interesados en el auto-agrandarse. Nuestra esperanza es que cuando los lazos de estos premios estén cortados, incluso más amigos sean propagados. Por favor, pon más ateción en estos escritores. Reparte este premio a ocho blogeros."
Y los blogs a los que les entrego estos premios son:

viernes, 10 de julio de 2009

Quiero agradecerle a Dem por estos dos premio nuevos:



















Gracias, gracias Dem, eres una persona genial y te lo agradezco muchísimo.

Vamos con las reglas:

Manía: sonarme los dedos. Es que es una costumbre.

Pecado capital: creo que la pereza.

Mejor olor del mundo: el olor del bosque, la madera mojada y la vainilla :)

Si el dinero no fuera problema: la vida sería más tranquila y sin tantas preocupaciones.

Recuerdos de la infancia: muchos, aun estoy viviendo mi infancia.

Habilidades como ama de casa: creo que cocinar y limpiar.

Lo que menos me gusta hacer en mi casa: ordenar XD.

No habilidades como ama de casa: ordenar, soy bastante desordenada.

Una frase: huummm... " los ojos son la ventana del alma"

Paseo para el alma: leer, escuchar música, escribir, sentir y imaginar.

Paseo para el cuerpo: caminar, andar en patineta =D

Y los blogs a los que les doy este premio son:

Romi: http://www.mi-vida-y-algo-mas.blogspot.com/

MaGe:http://wiccan-twilightp3.blogspot.com/

Vicky: http://historiasdeangelesx.blogspot.com/

Bibi: http://bibiana-lascartasdevictor.blogspot.com/








miércoles, 8 de julio de 2009

Cuando los sueños se vuelven realidad 7

Sus palabras me sorprendieron y miles de preguntas se formaron dentro de mi cabeza: ¿vampiros? ¿Linaje real?, y cómo es que tengo poderes ¿qué clase de poderes?. Pero pregunté algo diferente, algo que no me había querido responder antes.
_ ¿protegerme? ¿De qué?
Él suspiró.
_ Christine_ mi nombre en sus labios se sentía como el dulce sonido de la lluvia_ no todos somos bueno, hay algunos que querrán poseerte para sus propios fines; y eso es de lo que te tengo que proteger._ de pronto su expresión cambió y una sonrisa se formó en su rostro.
_ parece que ya están todos aquí. Ven_ se paró y me alargó una mano para ayudarme_ es hora de que te presente a los otros.
Tomé su mano y salimos de la habitación color azul pálido, para pasar a un pasillo que nos llevó a una gran sala en dónde cinco hombres y tres mujeres estaban discutiendo.
Todos se callaron cuando aparecimos, y las mujeres me dirigieron una cálida sonrisa.
_ Christine. Ellas son Allison, Irene y Madison_ las presentó mientras las señalaba.
Allison era de mi estatura, y sus largos rizos pelirrojos le llegaban hasta la cintura. Irene parecía la más reservada, con su corto cabello rubio y sus ojos grises. Y Madison tenía el cabello color caoba, que hacía un perfecto contraste con su pálida piel y ojos avellana.
_ Hola Christine_ Allison se adelanto y me abrazó. Acto que los restantes no tomaron muy bien, pero a mi me gusto.
_ Hola_ me saludó Irene. Le sonreí en respuesta.
_ Hola. Espero que no te moleste que te mantengamos vigilando, pero ya sabes; es nuestro trabajo._ Madison me sonrió.
Luego Stefan me presentó a los chicos: Erick con su cabello negro y ojos color miel, te miraban con una tristeza y alegría tan opuesta que era confuso.
Ezequiel, tenía el cabello largo y lacio tan negro como la noche, sus ojos azules parecían fríos y calculadores. Toda su figura imponía respeto.
Gabriel, según me enteré, era uno de los más nuevos en el grupo, y poseía una actitud infantil que le quedaba perfecta a su aspecto; bajo, con el cabello lleno de rizos y ojos color chocolate. Parecía un cachorrito.
Ivan, era musculoso, con el cabello rubio y ojos negros. Si bien, al principio me intimidaba, luego me di cuenta de que era el más alegre. Estaba todo el día gastándonos bromas.
Y por último estaba Ian, el chico que había visto al despertarme. Él era el que se encargaba de la seguridad del lugar. Sus ojos verdes, y su cabello cobrizo sólo le hacían parecer más inocente de lo que en realidad era.


¡Espero que les guste!