martes, 19 de mayo de 2009

Cuando los sueños se vuelven realidad 3

Al fin volví. Por favor perdónenme por la tardanza, siento mucho no haber actualizado antes.
Aquí les dejo el capítulo. ¡¡Espero que les guste!!
Desperté cuando los primeros rayos de luz bañaron mi rostro.
Un sueño, no podía creerlo; todo había sido un sueño como las últimas veces. No, era demasiado real para ser un sueño. Pero… que otra explicación había.
Acaricié las familiares sábanas de mi cama. Estaba en mi casa, en el mismo cuarto de todos los días y sobre las mismas sábanas violetas que mi padre había comprado en el viejo mercado. ¡Hasta incluso llevaba puesto mi camisón! La única explicación posible era la que más odiaba: todo fue un sueño.
Me levanté de un salto, y bajé las escaleras malhumorada.
_Buenos días cariño_ dijo mi padre con una sonrisa.
_ Buenos días.
Desayuné lo más rápido posible, solo quería salir de allí, vestirme y fijar rumbo hacia el cementerio. Hoy era el día.
_ hoy es el día _ repetí en voz alta.
_ sí_ murmuró mi padre sin mirarme_ supongo que irás aunque te lo impida.
Asentí.
Volvía a ser 27 de octubre. El día en que toda mi vida se vio boca abajo; el día de la muerte de mi madre.
Tal vez si pudiera recordar algo sobre ella que no fuera su voz. Eso era lo más horrible de todo: no poder recordarla. Por eso, cada 27 de octubre iba a visitarla a su tumba; para que no se sintiera sola. Ni mi padre, ni mi hermana iban, y se debería sentir tan sola en el lugar donde se encontrara, que una visita no le caería nada mal.
Subí lentamente las escaleras, tratando de postergar el momento.
Sí, iría a su tumba. Pero el dolor que eso me causaba cada año era insoportable; como si sintiera su dolor, como si supiera lo que se siente no querer ser recordad por tu familia.
Me saqué el camisón de un tirón. Tal vez si lo hacía todo más rápido no me dolería tanto.
Sentí una puntada en mi rodilla, me había lastimado. Pero ¿cuándo? Solo recordaba haberme caído una vez, y creía que lo había soñado. A menos que…